Una ciudad cosmopolita ubicada en cualquier lugar recóndito del Planeta se ufanaba de ser como pocas, totalmente libre, no sólo desde el punto de vista económico pues se había convertido en una ciudad completamente autosostenible y por demás financieramente libre. Formaba parte de un país, que aunque parezca imposible se sostenía gracias a esta extraordinaria ciudad. Qué pasaba? Por qué ocurría esto? Por qué, inclusive las enfermedades habían sido erradicadas, la delincuencia, los crímenes, la pobreza y así también aquellas que forman parte de personas débiles de carácter y de poca sensibilidad, como por ejemplo el odio, las contiendas, los celos, las envidias y tantas otras?
Hacia cualquier lugar cercano o apartado a donde la vista se dirigiera todo era hermoso, había un río tachonado de frondosos árboles frutales y hornamentales que atravesaba la ciudad; sus vecinos ribereños conservaban las diversas tonalidades de sus verdes hojas, las cuales caían por su propio peso y por el abundante follaje que impedía visualizar las ramas. Las noches eran generalmente silenciosas, oportunidad que aprovechaba el río para demostrar su agradable sonido cuando acariciaba las rocas. Aunque lloviera a cántaros el río jamás había violado sus límites. Su nacimiento era desconocido, era una zona virgen en el tope de una montaña de muy elevados acantilados; bajaba caudaloso, serpenteando y regando con sus aguas los lugares por donde pasaba. Como si tuviera vida propia, disminuía su turbulencia al acercarse a la ciudad y a partir de allí, se transformaba en “torrentes de agua viva”.
Esta ciudad fue sabiamente planificada; la planificación es sinónimo de orden, antes de la Creación todo fue previamente planificado por Dios, este es el principio de sus Planes y Propósitos para nosotros, sin plan no alcanzaremos las Riquezas… Las calles fueron delicadamente pavimentadas, bordeadas por aceras en obras limpias con un acabado de un suave y tenue color naranja, con laderas parecidas a alfombras verdes adornadas con flores de todas las especies, las que además regalaban a la ciudad su agradable aroma.
Habían muchos edificios de diversos y llamativos diseños, por todo lo que es el centro de la ciudad; caminatas, paseos y jardinerías adornaban y daban esplendor, recreando y dando a la vista descaso y placer. Las casas, residencias de los habitantes fueron construidas con esmero y demostración de la mejor arquitectura, en ellas se emplearon los mejores materiales, maderas tales como robles y pinos se usaron para darles aquel natural toque de los bosques de donde provenían. En la medida en que nos adentramos en la descripción de este paraíso, nuestra mente lo visualiza de tal manera, que pareciera como si estuviéramos paseando por tan hermosos parajes, sintiendo el sonido apacible del río y el aroma de sus flores, así trabaja nuestra imaginación.
Y… qué de sus moradores, gente trabajadora y amable que habían comprendido inteligentemente y con sabiduría que todo se logra unánimemente, sin las distracciones de las contiendas. Para ellos su hábitat era el cumplimiento de aquella promesa; consideraban que habían llegado a la Tierra Prometida donde “fluye leche y miel”. Daban por cierto que su prosperidad y éxito radicaba en su dominio propio y en el poder de decision, y tal como aquel pueblo que salió por el desierto durante cuarenta años, también ellos pensaban que habían recibido el “Maná” del cielo, alimento que ni siquiera sus padres conocieron. Los regadíos de sus jardines y de sus siembras eran dados por las lluvias tardías y tempranas, las que abundaban en prosperidad multiplicando sus cosechas; sus arcas estaban rebosantes; el alimento no faltaba pues comían hasta saciarse; no pedían prestado, al contrario ellos prestaban y daban ayuda a sus vecinos. Establecieron programas de intercambio comercial para llevar su producción más allá de sus fronteras, creando una extensa red de clientes los que hacían pedidos con antelación, evitando un probable desabastecimiento en la producción, algo que nunca llegó a ocurrir.
Para alcanzar todo deseemos lo mejor, nunca digamos esto es difícil, como en otra oportunidad lo mencionamos, no pongamos nosotros “obstáculos”. Esta ciudad tomó una decisión acertada, prosperar a toda costa. Probablemente alguien habrá emprendido una empresa, una actividad para él o ella muy lucrativa, pero no funcionó como se esperaba, no desmayen; nos atrevemos a animar mediante este pensamiento que es verdad y no es mentira: “Quien se cae y NO se levanta, éste es negligente y cobarde; contrariamente, quien se cae y se levanta éste es TRIUNFADOR”. Sigue adelante, que nadie os llame a engaño. Tus puertas de la abundancia están abiertas y nadie te las puede cerrar, continúa hasta alcanzar el objetivo y este es la riqueza. Eso sí, no pongas tu corazón en ellas, acuérdate de Dios, ya que por su GRACIA estamos en la Tierra.
Que las riquezas no te conviertan en su esclavo, no te enamores de ellas, pon tu corazón en Dios, nadie se las puede llevar después; que ellas sean tus esclavas. Antes, busca a Dios y todo lo demás te será añadido
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